Llegó la hora de enseñar a los pequeños perritos a usar el collar y la correa. Y, por qué no, los grandes también pueden aprender. La constancia y el amor son fundamentales para que nuestra mascota aprenda a usar este instrumental de paseos.

Foto por smerikal

Refuerzo positivo

Lo primero que debes hacer es mostrarle el collar para que lo olfatee. El siguiente paso, después de que nuestro peludo amigo ya conoce ese nuevo elemento, es ponérselo por unos minutos. Si se resiste, juega con él para distraer su atención. Hazlo varias veces al día por pocos minutos.

Dale premios cada vez que acceda a ponerse la correa sin resistir.

Recuerda que el collar no debe quedar muy apretado. La medida ideal es que pueda pasar uno de tus dedos entre el collar y su cuello. Hazlo durante dos o tres días hasta que se acostumbre sin resistirse. Sigue el mismo procedimiento con la correa.

Foto por Steve Baker

De paseo

Cuando tu peludo amigo ya esté totalmente familiarizado con el collar y la correa, realiza pequeños paseos con él por la casa. El mejor momento de hacer este ejercicio es cuando ha gastado casi toda su energía y está relajado.

Ponle la correa y empieza a caminar. La correa debe estar sin tensión. Si sale corriendo, frénalo en seco. Él, automáticamente girará y se acercará. En este momento, la correa volverá a estar sin tensión y podrás reanudar tu paso. Repite tantas veces hasta que aprenda que el jalón es igual a no avanzar.

Recuerda que tus emociones y energía son fundamentales para este paso, como lo asegura César Millán, el encantador de perros. Si estás tranquilo y paciente, tu mascota lo sentirá. Repite este procedimiento varios días antes de salir de casa.

Foto por Kevin Beaty

Ya en un lugar abierto, empieza con un espacio que no tenga muchas distracciones, permítele que saque toda su energía corriendo y cuando esté listo empiezas el mismo ejercicio que hiciste en casa. Es importante que la correa no sea muy larga, que no supere los dos metros, ya que, al ir a la calle, puede salir corriendo a mucha velocidad y en el momento que la correa lo jale se puede lastimar el cuello.

El refuerzo positivo es el mejor aliado a la hora de educar y reeducar a nuestra mascota. La paciencia, los juegos y los premios le permitirán saber que lo está haciendo bien.