Los golpes de calor son una de las mayores amenazas que pueden acechar a nuestras mascotas durante las vacaciones de verano o en los viajes a zonas calientes y con niveles altos de humedad.

A diferencia de los humanos, nuestros amigos perrunos no pueden sudar. Como lo explica César Millán, el encantador de perros, nuestras mascotas eliminan el exceso de calor a través de sus almohadillas, jadeando o zonas que tienen poco pelo como el vientre. El calor excesivo puede llevar a nuestro amado perrito a perder azúcares y minerales que resultarán en un colapso interno.

Prevenir es mejor que curar

Uno de los consejos de seguridad que debemos tener en cuenta para proteger a los perritos es mantenerlos en un espacio amplio con mucha ventilación. Si es en el jardín, debe haber un lugar donde haya mucha sombra para que se pueda resguardar. El agua debe estar fresca y debe cambiarse a menudo para que nuestro perro se pueda hidratar.

La hora de los paseos y ejercicios debe ser por la mañana o en la noche, cuando el calor haya disminuido.

Si tu mascota es de pelaje negro, debes tener cuidados adicionales, ya que absorbe más el calor que los de pelaje claro.

De igual forma, los animales muy jóvenes o muy viejos pueden ser incluso más susceptibles a los golpes de calor.

Síntomas

Si estás en una zona donde hace mucho calor y ves que tu mascota está especialmente perezosa, su respiración es rápida y con dificultad, tiene temblores musculares y además sus encías están azules, es momento de salir de urgencia para el veterinario.

¿Qué hacer?

Mientas llevas a tu amigo peludo al veterinario, es importante que bajes su temperatura, pero ten cuidado de no hacerlo de un solo golpe. Humedece su cuello y cabeza con paños de agua no muy fría, sin envolverlas. Puedes poner hielo en el puente de su nariz, axilas y las ingles. Humedece su boca sin llegar a forzarlo a beber.

Si por alguna razón no lo puedes llevar inmediatamente al veterinario, puedes bañarlo debajo del chorro del grifo o meterlo en una cubeta con agua. También, si tienes un ventilador, ponlo frente al aire para que su  temperatura se normalice. Sabrás que está mejorando cuando su respiración se empiece a normalizar.

Una vez que la respiración de tu mascota se haya estabilizado, es importante que la lleves al veterinario, ya que solo el especialista podrá establecer hasta qué punto necesita otro tipo de procedimientos para que no corra peligro.

Recuerda que la prevención es el camino más seguro para que nuestra mascota esté a salvo.