Cuando un perro no le gusta un humano, lo hacen saber. A veces ladran, a veces lloriquean, y a veces se hacen los muertos para evitar interacción.

Cuando el padre de Daniel tuvo un perro nuevo, estaba muy emocionado de jugar con el pequeño cachorro.

Pero el canino no quería saber nada de él.

Tan pronto como Daniel recoge al peludo de los brazos de su padre, este tiene que recurrir a otras medidas. Dejando que su lengua se deslice fuera de su boca y se congele por completo con las piernas en el aire, el hilarante perro simula estar muerto tan pronto como él lo levanta.

El gracioso perro muere de manera convincente durante todo el tiempo que Daniel lo acuna, y tan pronto como le devuelven a su dueño, vuelve a la vida.

¡Es absolutamente gracioso!